Paul Emil von Lettow-Vorbeck era el comandante de la pequeña guarnición en África Oriental Alemana, hoy Tanzania, al inicio de la primera guerra mundial. A diferencia del resto de colonias del Imperio Alemán, Lettow-Vorbeck no rindió su plaza sino hasta después de terminada la guerra en 1918, en su mejor momento comandó un fuerza de 14000 hombres, la mayor parte de estos soldados nativos llamados
askari, a pesar de enfrentarse al mismo tiempo a los ingleses atacando desde Sudáfrica, los belgas desde el Congo y a los portugueses desde sus colonias cercanas que lo superaban inmensamente en hombres y materiales. Lettow-Vorbeck supo apreciar el valor en combate de las tropas nativas y llevo a cabo una de las mejores camapañas de guerrilla que jamás se hayan visto, esto lo llevó a ser el único comandante alemán de la primera guerra mundial al que se le permitió un desfile de victoria terminada la guerra. En años posteriores hizo amistad con su contrincante en África, el famoso general Jan Smuts y cuando el partido nacional socialista llegó al poder con Hitler se opuso a sus políticas. Lettow-Vorbeck es una muestra que se puede ser un caballero dentro y fuera del campo de batalla.
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